1 Reyes 3 - La Biblia Versión Internacional (1984)

Libro de 1 Reyes
Capitulos:

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1 - Salomón entró en alianza con el faraón, rey de Egipto, casándose con su hija, a la cual llevó a la Ciudad de David mientras terminaba de construir su palacio, el templo del Señor y el muro alrededor de Jerusalén.

2 - Como aún no se había construido un templo en honor{cf5super [1]} del Señor, el pueblo seguía ofreciendo sacrificios en los *santuarios paganos.

3 - Salomón amaba al Señor y cumplía los decretos de su padre David. Sin embargo, también iba a los santuarios paganos para ofrecer sacrificios y quemar incienso.

4 - Como en Gabaón estaba el santuario pagano más importante, Salomón acostumbraba ir allá para ofrecer sacrificios. Allí ofreció mil *holocaustos;

5 - y allí mismo se le apareció el Señor en un sueño, y le dijo: par Pídeme lo que quieras.

6 - Salomón respondió: par Tú trataste con mucho amor a tu siervo David, mi padre, pues se condujo delante de ti con lealtad y justicia, y con un *corazón recto. Y, como hoy se puede ver, has reafirmado tu gran amor al concederle que un hijo suyo lo suceda en el trono.

7 - "Ahora, Señor mi Dios, me has hecho rey en lugar de mi padre David. No soy más que un muchacho, y apenas sé cómo comportarme.

8 - Sin embargo, aquí me tienes, un siervo tuyo en medio del pueblo que has escogido, un pueblo tan numeroso que es imposible contarlo.

9 - Yo te ruego que le des a tu siervo discernimiento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo?

10 - Al Señor le agradó que Salomón hubiera hecho esa petición,

11 - de modo que le dijo: par Como has pedido esto, y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la muerte de tus enemigos sino discernimiento para administrar justicia,

12 - voy a concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después.

13 - Además, aunque no me lo has pedido, te daré tantas riquezas y esplendor que en toda tu vida ningún rey podrá compararse contigo.

14 - Si andas por mis sendas y obedeces mis decretos y mandamientos, como lo hizo tu padre David, te daré una larga vida.

15 - Cuando Salomón despertó y se dio cuenta del sueño que había tenido, regresó a Jerusalén. Se presentó ante el arca del *pacto del Señor y ofreció *holocaustos y sacrificios de *comunión. Luego ofreció un banquete para toda su corte.

16 - Tiempo después, dos prostitutas fueron a presentarse ante el rey.

17 - Una de ellas le dijo: par Su Majestad, esta mujer y yo vivimos en la misma casa. Mientras ella estaba allí conmigo, yo di a luz,

18 - y a los tres días también ella dio a luz. No había en la casa nadie más que nosotras dos.

19 - Pues bien, una noche esta mujer se acostó encima de su hijo, y el niño murió.

20 - Pero ella se levantó a medianoche, mientras yo dormía, y tomando a mi hijo, lo acostó junto a ella y puso a su hijo muerto a mi lado.

21 - Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo, ¡y me di cuenta de que estaba muerto! Pero al clarear el día, lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz.

22 - ¡No es cierto! exclamó la otra mujer. ¡El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo! par ¡Mientes! insistió la primera. El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío. par Y se pusieron a discutir delante del rey.

23 - El rey deliberó: "Una dice: El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo. Y la otra dice: ¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío. "

24 - Entonces ordenó: par Tráiganme una espada. par Cuando se la trajeron,

25 - dijo: par Partan en dos al niño que está vivo, y denle una mitad a ésta y la otra mitad a aquélla.

26 - La verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey: par ¡Por favor, Su Majestad! ¡Déle usted a ella el niño que está vivo, pero no lo mate! par En cambio, la otra exclamó: par ¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan!

27 - Entonces el rey ordenó: par No lo maten. Entréguenle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre.

28 - Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia.